El gobierno de Donald Trump, a través del Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT), ordenó la disolución de la alianza entre Delta Air Lines y Aeroméxico por considerar que incurre en prácticas anticompetitivas que afectan el mercado de rutas aéreas entre ambos países. La dependencia federal estableció como fecha límite el 1 de enero de 2026 para que ambas aerolíneas terminen completamente su asociación, argumentando que esta otorga una “ventaja injusta” a las compañías como competidores predominantes en las rutas México-Estados Unidos, perjudicando la competencia en el sector.
La decisión gubernamental revoca la inmunidad antimonopolio (ATI) que había sido otorgada a finales de 2016, durante la administración de Barack Obama, permitiendo a ambas empresas coordinar horarios, tarifas y operaciones en sus vuelos conjuntos entre México y Estados Unidos. El DOT fundamentó su determinación en “los efectos anticompetitivos persistentes en el mercado entre Estados Unidos y México”, indicando que la medida es necesaria para restaurar las condiciones de competencia justa en las rutas bilaterales. La dependencia señaló que la revocación de permisos se debe a un supuesto incumplimiento de los términos originales de la alianza.

Aeroméxico respondió mediante un comunicado oficial lamentando la decisión del Departamento de Transporte estadounidense, considerando que “pasa por alto los beneficios que la alianza ha brindado a la conectividad, el turismo y a los consumidores en el país”. La aerolínea mexicana aseguró que la medida no afectará directamente a los clientes, ya que “los acuerdos de código compartido entre Aeroméxico y Delta siguen y seguirán vigentes, lo que garantiza que los pasajeros continuarán disfrutando de la red de conectividad de ambas aerolíneas”.
Ambas compañías se encuentran actualmente evaluando la orden emitida por el DOT para establecer los siguientes pasos a seguir respecto a su alianza. La resolución del gobierno estadounidense marca un cambio significativo en la política de transporte aéreo entre ambos países, potentially afectando la estructura de tarifas, frecuencias de vuelo y opciones de conectividad para los pasajeros que utilizan estas rutas internacionales. El DOT mantiene que su decisión busca proteger los intereses de los consumidores y garantizar condiciones de competencia equitativas en el mercado de aviación bilateral.





