Un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mató a tiros a un migrante en Chicago después de que el hombre lo arrastrara con su vehículo durante un intento de fuga, según informó el Departamento de Seguridad Nacional. El incidente ocurrió durante un control de tráfico realizado por agentes de ICE cuando el sujeto “se negó a seguir las órdenes de las fuerzas del orden y embistió con su coche a los agentes”, de acuerdo con el comunicado oficial.
Según las autoridades, uno de los agentes de ICE fue golpeado por el vehículo y arrastrado “una distancia considerable”, lo que llevó al oficial a disparar su arma “temiendo por su vida”. El Departamento de Seguridad Nacional identificó al fallecido como “un extranjero ilegal criminal con antecedentes de conducción temeraria” que había ingresado a Estados Unidos “en una fecha y hora desconocidas”, aunque no proporcionó detalles específicos sobre su identidad o nacionalidad.
El incidente ocurre en un contexto de creciente tensión entre el gobierno federal y la ciudad de Chicago, que mantiene su condición de “ciudad santuario” al negarse a colaborar con los planes de control migratorio y deportación de la administración Trump. El presidente republicano reiteró este viernes su intención de enviar a la Guardia Nacional a Chicago para combatir lo que describe como violencia criminal en grandes ciudades gobernadas predominantemente por demócratas.
Chicago ha sido un punto focal en el debate sobre políticas migratorias, con autoridades locales resistiendo las órdenes federales de cooperación con las operaciones de ICE. La ciudad ha implementado políticas que limitan la colaboración entre las fuerzas del orden locales y los agentes de inmigración federales, argumentando que esta cooperación socavaría la confianza entre las comunidades inmigrantes y la policía local.
El Departamento de Seguridad Nacional indicó que se ha iniciado una investigación interna estándar para revisar los detalles del incidente, including el uso de la fuerza por parte del agente de ICE. La investigación examinará si el oficial siguió los protocolos establecidos durante el enfrentamiento y evaluará las circunstancias que llevaron al uso de fuerza letal.
Este caso representa otro episodio en la compleja relación entre las autoridades federales de inmigración y las ciudades santuario, que se han convertido en símbolo de la resistencia a las políticas migratorias de la administración actual. Las organizaciones de derechos civiles y grupos pro-inmigrantes han expresado preocupación por el incidente, mientras que las autoridades federales defienden las acciones de sus agentes como necesarias para su protección personal durante el cumplimiento de su deber.
