Por Arturo Ángel
Brooklyn, Nueva York
Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable este lunes 25 de agosto en una audiencia celebrada ante la corte federal de Brooklyn, Nueva York. Durante la sesión, reconoció su responsabilidad en delitos relacionados con crimen organizado y formalizó un acuerdo con la fiscalía que le permitió evitar ir a juicio, tras ser detenido en Estados Unidos el 25 de julio de 2024.
En punto de las 12:34 horas, tiempo de Nueva York, Zambada admitió: “Durante 50 años he dirigido una gran red criminal… Desde el principio y hasta el momento de mi captura he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México”.
“Pido perdón a todos por mis acciones, asumo mi responsabilidad”, ha dicho Zambada en una sala repleta de fiscales, agentes de la DEA, alguaciles y medios de comunicación, luego de renunciar a todos sus derechos de juicio y apelación. “Llegó el momento de reconocer medio siglo de actividad criminal”, señaló.

Frente al juez Brian Cogan, de la Corte de Distrito para el Este de Nueva York, se declaró culpable de dos cargos de crimen organizado. El acuerdo alcanzado con la fiscalía abre la posibilidad de que el narcotraficante pueda obtener beneficios procesales y convertirse en testigo protegido de Estados Unidos.
Como parte del convenio, el acusado se comprometió a pagar 15 mil millones de dólares. La negociación contempló la acumulación de 17 cargos que enfrentaba en Brooklyn y otros siete en la corte de El Paso, Texas, lo que totalizaba 24 acusaciones en su contra.
En la declaración de unos cinco minutos Zambada reconoció que durante décadas lideró comandos armados que entraron en batalla con organizaciones rivales. “Yo ordené asesinar a otros por décadas. Esto trajo muchos muertos de distintos bandos. Y también muchos inocentes murieron”.
Operaciones del Cártel de Sinaloa
La investigación principal documenta que entre 1989 y 2024, Zambada lideró operaciones de importación y distribución de drogas como marihuana, metanfetamina, cocaína, heroína y fentanilo, generando miles de millones de dólares en ganancias ilícitas.
De acuerdo con la fiscalía estadounidense, sus contactos alcanzaban países de Centro y Sudamérica, México y Estados Unidos, lo que le permitió asegurar rutas seguras para el traslado de drogas hacia las ciudades estadounidenses. Washington señaló que el poder de Zambada se sustentaba en su capacidad para sobornar autoridades de distintos niveles en México.

“Zambada García también expandió el poder e influencia del Cártel de Sinaloa al generar millones de dólares cada año en pagos de corrupción y para conducir campañas regulares de violencia brutal, incluyendo asesinatos por venganza que presuntamente se cometían por sus órdenes, tan recientemente como semanas antes de su arresto”, expusieron fiscales durante el proceso.
Relación con el Cártel de Sinaloa y otros capos
El Cártel de Sinaloa, considerado por las autoridades estadounidenses como la organización criminal más poderosa de las últimas décadas, se consolidó bajo el liderazgo de Zambada y Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. El caso del Mayo se conecta directamente con juicios previos en la misma corte, como el de Guzmán Loera y el del ex secretario de Seguridad Pública mexicano, Genaro García Luna.
La fiscalía indicó que la red de corrupción impulsada por Zambada incluía desde policías locales que escoltaban cargamentos hasta oficiales que informaban sobre operativos militares. Documentos presentados en el tribunal señalan que el cártel gastaba millones de dólares anuales para asegurar protección institucional.
Paralelamente, las investigaciones revelaron que Zambada utilizaba empresas fachada en México para operaciones de lavado de dinero, apoyado por los hermanos Héctor, Martín y Sergio Avendaño Ojeda.
La captura en 2024 y el testimonio del acusado
El 25 de julio de 2024, Zambada fue detenido en territorio estadounidense luego de ser entregado por integrantes de Los Chapitos, facción liderada por hijos de Joaquín Guzmán. Tras su arresto, el propio Zambada envió una carta, difundida por su abogado Frank Pérez, en la que aseguró haber sido privado de su libertad mediante “coacción física y engaños” en México, antes de ser trasladado de manera coercitiva a Estados Unidos.
En el escrito señaló: “Fui privado de mi libertad en territorio nacional, mediante coacción física y engaños, posteriormente fui trasladado de manera coercitiva desde territorio mexicano hacia los Estados Unidos de América, por un particular mexicano”.
En entrevista al salir de la audiencia el abogado Frank Pérez, defensor de Zambada, asegura que su cliente no va a decir más de lo que dijo hoy en su confesión en la Corte. “La información de “El Mayo” se queda con “El Mayo” Zambada”, afirmó.

Trayectoria criminal de Ismael Zambada
Zambada comenzó en el tráfico de drogas en las décadas de 1970 y 1980, inicialmente vinculado con Antonio Cruz Vázquez, alias El Niko, un narcotraficante cubano asentado en Culiacán tras cumplir condena en Estados Unidos. Bajo su tutela, Zambada aprendió sobre logística, manejo financiero y la necesidad de mantener relaciones con autoridades para proteger sus operaciones.
Tras la captura de El Niko en 1978, Zambada heredó rutas y contactos, incrementando su influencia. Posteriormente se integró al cártel de Guadalajara, donde conoció a Joaquín Guzmán Loera, con quien fundó el Cártel de Sinaloa.
La estrategia de Zambada incluyó ganarse la aceptación de la población local, lo que le permitió consolidar su poder en Sinaloa hasta su detención en 2024.
Cargos reconocidos y proceso en curso
Antes de declararse culpable, Zambada enfrentaba un total de 24 cargos. De estos, 17 estaban radicados en Nueva York y 7 en Texas. Entre los delitos reconocidos se incluyen actividades de crimen organizado, tráfico de drogas como cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo, además de lavado de dinero y uso de armas de fuego.

Aunque en Nueva York ya formalizó su culpabilidad, en Texas aún deberá enfrentar un proceso de arraigo por los cargos pendientes, lo que forma parte de la consolidación legal en su contra.
Con este procedimiento judicial, se cierra un capítulo en la historia del narcotráfico en América del Norte, marcado por la declaración de culpabilidad de uno de los líderes criminales más influyentes de México.