Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, se declarará culpable el próximo lunes ante un tribunal federal estadounidense para evitar un juicio y la posible pena de muerte, según información revelada por el periodista Arturo Ángel Mendiente. El capo negoció con fiscales de Estados Unidos un acuerdo que podría reducir su condena, aunque aún enfrentaría cadena perpetua por múltiples cargos de narcotráfico distribuidos en cinco estados.
La defensa de Zambada trabajó durante meses para lograr este acuerdo, que incluye la retirada de la pena capital a cambio de su admisión de culpabilidad ante el juez Brian Cogan. El líder del cártel, de 76 años, enfrenta acusaciones en Nueva York por crimen organizado, tráfico de cocaína, marihuana, heroína, metanfetamina y fentanilo, además del uso de armas en actividades delictivas. Los cargos en este estado destacan su papel clave en la formación del Cártel de Sinaloa durante los años 80 junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En Texas, específicamente en la Corte de Distrito Oeste, las acusaciones incluyen tráfico de drogas, lavado de dinero, posesión de armas, delincuencia organizada y asesinato. Esta jurisdicción coincide con el lugar donde fue capturado. California también lo acusa de crimen organizado y tráfico de múltiples sustancias controladas, mientras que en Illinois enfrenta cargos junto a otras figuras como “El Vicentillo” (Vicente Zambada Niebla) y “El Alfredillo” (Jesús Alfredo Guzmán Salazar). En Carolina del Sur se le imputa específicamente tráfico de cocaína.

El acuerdo representa un giro significativo en uno de los casos de narcotráfico más importantes en Estados Unidos, donde Zambada era considerado el último gran capo mexicano pendiente de extradición. Su declaración de culpabilidad podría proporcionar información valiosa sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa, aunque expertos anticipan que difícilmente revelará datos comprometedores sobre colaboradores o autoridades.
El proceso judicial ocurre casi dos años después de su captura en México y posterior extradición. A diferencia del espectacular juicio contra “El Chapo” en 2019, este caso se resolverá sin un proceso público prolongado, privando a la justicia estadounidense de un escenario mediático similar. Sin embargo, el acuerdo garantiza una condena segura para quien fuera considerado el líder operativo del cártel más poderoso de México.
Las autoridades estadounidenses no han confirmado oficialmente el acuerdo, que se haría efectivo durante la audiencia programada para el próximo lunes. El caso marca el posible final de una era para el Cártel de Sinaloa, organización que durante décadas dominó el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y que ahora enfrenta una reconfiguración generacional y territorial.
La declaración de culpabilidad de Zambada sigue la estrategia legal de otros narcotraficantes mexicanos extraditados, que han optado por negociar con la justicia estadounidense para evitar juicios prolongados y condiciones carcelarias extremas. Sin embargo, a diferencia de casos anteriores, este acuerdo involucra a una de las últimas figuras históricas del narcotráfico mexicano aún con vida, cerrando simbólicamente un capítulo en la guerra contra las drogas.
El desarrollo del caso ha generado especial interés en México, donde Zambada mantuvo por años una imagen de bajo perfil, evitando la exposición mediática que caracterizó a otros líderes del crimen organizado. Su capacidad para evadir la captura durante décadas lo convirtió en una figura legendaria dentro del narcotráfico, hasta su arresto en 2022.
La resolución anticipada del caso contrasta con los años de investigación y persecución que llevó a las autoridades estadounidenses y mexicanas a desarticular su red criminal. El acuerdo judicial podría incluir disposiciones sobre el destino de los bienes incautados al narcotraficante, estimados en cientos de millones de dólares, aunque estos detalles no se han hecho públicos.
La próxima semana se conocerán los términos exactos del pacto entre Zambada y la fiscalía, incluyendo la sentencia que enfrentará y si ésta contempla alguna reducción por colaboración. Lo que parece claro es que el capo, uno de los últimos “viejos escuela” del narcotráfico mexicano, pasará el resto de sus días en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.