El gobierno de Estados Unidos reconoció este martes la cooperación de México en la extradición de 26 presuntos narcotraficantes de alto perfil, incluyendo miembros clave de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa. La entrega de los fugitivos, quienes enfrentan cargos por narcotráfico, crimen organizado y lavado de dinero en cortes federales estadounidenses, marca el segundo operativo masivo de este tipo en lo que va del año, tras la extradición de 29 personas en enero pasado.
El embajador estadounidense Ronald Johnson destacó el liderazgo de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum en esta colaboración bilateral: “Estamos profundamente agradecidos con la presidenta Sheinbaum y su administración por demostrar determinación frente al crimen organizado”. La operación fue coordinada entre el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional, la DEA y el Servicio de Alguaciles de EU con sus contrapartes mexicanas, según informó la embajada en un comunicado oficial.

Entre los extraditados se encuentran objetivos prioritarios para las autoridades estadounidenses, acusados de delitos graves que incluyen narcotráfico transnacional y violencia relacionada con el crimen organizado. El gobierno estadounidense no reveló las identidades específicas de los entregados, pero enfatizó que su traslado representa “un hito significativo” en la alianza de seguridad entre los presidentes Donald Trump y Claudia Sheinbaum.
“Esta transferencia es un ejemplo más de lo que es posible cuando dos gobiernos se unen contra la violencia y la impunidad”, declaró Johnson, quien reconoció especialmente el trabajo de la fiscal general Pam Bondi en la coordinación de estos esfuerzos. Los extraditados serán procesados en distintos distritos judiciales federales de Estados Unidos, donde ya existen casos abiertos en su contra por delitos cometidos tanto en territorio estadounidense como mexicano.
La operación refleja la profundización de la cooperación en seguridad entre ambos países, particularmente en el combate a organizaciones criminales que operan de manera transnacional. El comunicado oficial describió a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas transnacionales”, retomando la terminología utilizada por la administración Trump para referirse a estos grupos delictivos.
Este segundo traslado masivo en menos de un año consolida un nuevo modelo de colaboración que privilegia la extradición de objetivos prioritarios para su enjuiciamiento en Estados Unidos. Analistas en seguridad señalan que esta estrategia busca aprovechar los sistemas judiciales federales estadounidenses, conocidos por sus altas tasas de condenas en casos de narcotráfico y crimen organizado.