Andrés López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, publicó una carta abierta defendiendo su reciente viaje vacacional a Japón, luego de enfrentar críticas por supuestos gastos excesivos. En el documento dirigido a la opinión pública y militantes de Morena, aseguró que el viaje fue financiado con sus propios recursos y que utilizó vuelos comerciales.
López Beltrán detalló que viajó primero a Seattle, Washington, donde hizo escala por un día antes de continuar a Tokio en vuelo comercial. Negó categóricamente las versiones que lo acusaban de utilizar avión privado o militar, así como de hospedarse en hoteles de lujo. “Pagué 7,500 pesos diarios en un hotel, incluido el desayuno”, afirmó en la misiva. El funcionario de Morena calificó las críticas como parte de una “campaña de linchamiento político” impulsada por adversarios y medios de comunicación.

López Beltrán podría percibir un salario bruto mensual de 87,914.14 pesos como secretario de Organización de Morena, que era lo que ganaba su antecesor. Esta remuneración oficial no explicaría por sí sola la capacidad para financiar un viaje de estas características, lo que ha generado cuestionamientos sobre posibles ingresos adicionales.
El comunicado menciona que López Beltrán informó verbalmente a Luisa María Alcalde Luján, presidenta de Morena, sobre sus planes vacacionales. “Con mis propios recursos, decidí salir de vacaciones a Japón luego de extenuantes jornadas de trabajo”. En el texto, hace referencia a los principios de austeridad que dice practicar, citando como ejemplo a Benito Juárez y a la actual presidenta Claudia Sheinbaum. “El poder es humildad, que la austeridad es un asunto de principios”, escribió.
Sin embargo, existen interrogantes sobre la transparencia patrimonial del funcionario. Es propietario mayoritario de Finca Rocío S.A. de C.V., empresa de chocolate artesanal, e inversionista en Vinos Cósmicos S.A. de C.V. Además, se han documentado contratos por más de 100 millones de pesos a empresas vinculadas a su círculo cercano en proyectos como el aeropuerto de Texcoco y el Tren Maya, aunque no hay evidencia pública de que estos ingresos hayan sido declarados formalmente.

Andrés López Beltrán asegura que lo estaban espiando: “Mis adversarios y los hipócritas conservadores que solo suelen ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, mandaron a sus espías a fotografiarme y acosarme para así emprender una campaña de linchamiento político impregnada de odio, clasismo y calumnias”.
Hasta el momento, no existe constancia pública de que López Beltrán haya subido su declaración patrimonial completa a la plataforma ciudadana Declaranet, como exige la Ley General de Responsabilidades Administrativas. Tampoco se ha confirmado si presentó la declaratoria de conflicto de intereses y declaraciones fiscales mediante la plataforma 3de3.
La carta concluye con una defensa de su postura política: “Siempre valdrá la pena, y no es en vano, pagar una cuota de humillación cuando se lucha por una causa justa y en contra de los opresores del pueblo”. El episodio ha reavivado el debate sobre los estándares de transparencia que deben cumplir los funcionarios y familiares de figuras políticas en México.