La presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un enérgico llamado a evitar el mal uso de recursos públicos durante un evento en Tlalpan donde anunció la Línea 3 del Cablebús. En medio de señalamientos por viajes al extranjero de algunos legisladores de Morena, la mandataria criticó duramente a los “gobernantes que se cuidaban con guaruras, vivían encerrados en sus oficinas y desviaban recursos”.
“El recurso público jamás debe ir a los bolsillos de un gobernante, eso se acabó”, declaró con firmeza Sheinbaum, enfatizando que los fondos del erario deben destinarse exclusivamente a obras públicas, programas sociales, educación, salud y vivienda. Sus declaraciones ocurrieron durante la presentación del nuevo tramo del sistema de transporte cableado que beneficiará a habitantes de Tlalpan, alcaldía que ella misma gobernó antes de asumir la presidencia.
La presidenta, quien recordó con emotividad sus raíces en Tlalpan afirmando que “aunque ahora vivo en Palacio Nacional, mi corazón está aquí”, vinculó el mensaje de austeridad con la necesidad de que todos los ciudadanos cumplan con sus obligaciones fiscales. El discurso se da en un contexto donde varios funcionarios de su administración han sido cuestionados por gastos considerados suntuosos, incluyendo viajes internacionales.
El llamado a la austeridad republicana forma parte del discurso central del gobierno de Sheinbaum, que busca distanciarse de las prácticas de administraciones anteriores. La mandataria insistió en que su movimiento político debe guardar congruencia con los principios de honestidad y uso eficiente de los recursos que predica.
Durante el evento, Sheinbaum también anunció una inversión de 21 mil millones de pesos para el programa IMSS-Bienestar, reforzando su mensaje de que los recursos públicos deben traducirse en beneficios directos para la población. Analistas políticos interpretan estas declaraciones como un intento por recuperar la narrativa de austeridad que caracterizó al gobierno de López Obrador, tras recientes cuestionamientos a algunos miembros de su gabinete.
El énfasis en la rendición de cuentas y el uso ético de los fondos públicos parece marcar el tono que Sheinbaum quiere imprimir a su administración, especialmente en momentos donde la percepción de corrupción sigue siendo uno de los principales desafíos para el gobierno. Las próximas semanas mostrarán si estas advertencias se traducen en acciones concretas contra funcionarios que incurran en gastos considerados innecesarios o excesivos.
Mientras tanto, el anuncio de la Línea 3 del Cablebús en Tlalpan representa un ejemplo tangible de la prioridad que el gobierno federal dice dar a las obras de beneficio social directo. El proyecto, que requerirá una inversión significativa, busca mejorar la movilidad en una de las zonas más pobladas y con mayores desafíos de transporte en la capital del país.
