Dior presentó su colección masculina SS26 y dejó claro que está jugando en otra liga. Con Jonathan Anderson al frente del diseño y Kylian Mbappé como imagen principal, la maison se sacó una carta inesperada pero poderosa: mezclar la precisión del lujo con la fuerza del deporte.
El desfile se llevó a cabo en París, en el Hôtel National des Invalides, y fue tan limpio y elegante como la ropa que presentó. Pero no fue uno de esos shows llenos de drama visual; este fue de los que te hablan con detalle, con estructura, con siluetas que tienen algo que decir. Desde reinterpretaciones de la chaqueta Bar hasta trajes que mezclan cortes clásicos con guiños modernos: todo tenía esa vibra de “esto no lo habías visto antes, pero vas a querer ponértelo”.

Y entonces, Mbappé. El crack del fútbol francés apareció en la campaña como si llevar trajes Dior fuera lo suyo de toda la vida. Trajes gris oxford, tuxedos oscuros, pajaritas impecables… y todo con su sello: postura firme, mirada segura, cero pose. No desfiló, pero su presencia fue más que suficiente para que todos entendieran hacia dónde va la marca. Dior no está buscando al típico embajador. Está eligiendo a quienes están reescribiendo las reglas.
La colección ya es de las más vistas en Vogue Runway esta temporada y no es casualidad. Hay algo en esta combinación de Anderson + Mbappé que conecta: es lujo sin rigidez, es moda con fuerza. Es el tipo de moda que no solo se ve, también se siente.

Dior está dejando claro que el futuro del menswear no solo está en los museos ni en los archivos. También está en la cancha, en el movimiento, en la actitud. Y si viene con ese fit… entonces que siga corriendo.