Dalái Lama traza su legado y desafía a China por su sucesión

En una atmósfera cargada de incienso, plegarias y esperanza, el Dalái Lama —el símbolo viviente del budismo tibetano— ha puesto fin a una de las incógnitas más sensibles del mundo religioso y geopolítico: ¿qué pasará cuando él ya no esté? Desde su residencia en Dharamshala, India, el líder espiritual confirmó en un mensaje en video que su linaje continuará y que su reencarnación será guiada exclusivamente por su círculo de máxima confianza. Con esta afirmación, desafía de forma directa los intentos de China por controlar la sucesión de la figura más influyente del Tíbet.

“La institución del Dalái Lama continuará”, dijo con serenidad, mientras nombraba al Gaden Phodrang Trust, la fundación que protege su legado, como la única autoridad autorizada para iniciar el proceso de búsqueda. El anuncio, que llega en vísperas de su 90 cumpleaños, no solo fue una declaración espiritual, sino una decisión política cuidadosamente calculada.

MÉXICO, D.F., 06JUNIO2014.- Monjes tibetanos continúan realizando una Mandala en el interior del Palacio de la Autonomía de la UNAM como parte de una muestra de sus tradiciones tibetanas para promover la paz. La pintura con arena de colores, denominada dul-tson-kyil-khor o Mandala que significa “circulo sagrado” es una de las tradiciones artísticas más importantes del budismo tántrico y el cual será terminado el próximo domingo. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM

La tradición frente al poder

Durante siglos, la reencarnación del Dalái Lama ha seguido un procedimiento místico: visiones, señales en el cielo, sueños y la elección de un niño capaz de reconocer objetos pertenecientes al líder anterior. Fue así como Lhamo Dhondup, un pequeño nacido en 1935 en una aldea remota, fue reconocido como la decimocuarta encarnación, hoy conocida en el mundo como Tenzin Gyatso.

El problema es que el contexto ya no es el mismo. China, que considera al Dalái Lama un separatista desde su huida al exilio en 1959, ha intentado interferir en el proceso espiritual que históricamente ha sido exclusivamente tibetano. Pekín insiste en que la sucesión debe seguir su propio protocolo: la elección por sorteo de una urna dorada y la aprobación del gobierno central.

Sin embargo, el líder espiritual ya ha dejado claro que su reencarnación no nacerá en territorio bajo control chino. “Nadie más tiene ninguna autoridad para interferir en este asunto”, advirtió con firmeza, en un mensaje que resonó como un desafío directo a la hegemonía del Partido Comunista.

MÉXICO, D.F., 13OCTUBRE2013.- El Dalai Lama, líder espiritual del Tibet, ofreció una conferencia titulada “Más allá de la religión: cultivando un sentido de responsabilidad universal” durante su cuarta vista a nuestro país. FOTO: IVAN MENDEZ /CUARTOSCURO.COM

Un pueblo en resistencia

El impacto del anuncio no tardó en sentirse en las montañas del Himalaya. En McLeod Ganj, un barrio que acoge a la comunidad tibetana en exilio, el ambiente se volvió festivo y esperanzador. “Me sentí muy feliz y orgullosa”, dijo una mujer con los ojos brillantes de emoción. “Quizás en el futuro podamos volver al Tíbet”.

La decisión fue respaldada de inmediato por la 15 Conferencia Religiosa, el histórico cónclave de altos lamas, que respondió con una resolución unánime condenando “enérgicamente” la intromisión china. La comunidad budista, tanto en el exilio como dentro del Tíbet, lo vivió como una reafirmación de su identidad y su fe.

El rol del Panchen Lama y el misterio sin resolver

Uno de los elementos cruciales en este proceso es el Panchen Lama, quien históricamente valida la reencarnación del Dalái Lama. Sin embargo, el niño reconocido por el propio Dalái Lama como la onceava encarnación del Panchen fue secuestrado por el gobierno chino en 1995, y su paradero permanece desconocido. En su lugar, Pekín designó a su propio Panchen, un hecho que ha sido rechazado por la comunidad tibetana y por defensores de derechos humanos.

Este secuestro ha motivado a muchos tibetanos a redoblar su fe en el proceso tradicional, y a considerar que solo una reencarnación elegida por el círculo del Dalái Lama será legítima.

Una transición con horizonte místico

La estrategia del Dalái Lama no es improvisada. Desde hace años ha venido trazando cuidadosamente los pasos para proteger la continuidad de su institución frente a la presión política de China. En un libro reciente, adelantó que su reencarnación nacería fuera del Tíbet, como una forma de esquivar el control del régimen chino.

Mientras tanto, la comunidad tibetana se aferra a una esperanza casi mágica: que su líder viva hasta los 130 años. Él mismo ha alimentado esta posibilidad en sus discursos, como un aliciente para un pueblo que ha vivido en el exilio por más de seis décadas.

MÉXICO, D.F., 06JUNIO2014.- Monjes tibetanos continúan realizando una Mandala en el interior del Palacio de la Autonomía de la UNAM como parte de una muestra de sus tradiciones tibetanas para promover la paz. La pintura con arena de colores, denominada dul-tson-kyil-khor o Mandala que significa “circulo sagrado” es una de las tradiciones artísticas más importantes del budismo tántrico y el cual será terminado el próximo domingo. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM

Celebración con sentido histórico

Este domingo, cuando el Dalái Lama celebre sus 90 años, Dharamshala se convertirá en un centro de peregrinación. Multitudes de monjes, fieles y altos lamas viajarán desde rincones remotos del Himalaya para rezar por su larga vida. Pero este año, las celebraciones tienen un matiz distinto: el inicio de la ejecución de un testamento espiritual y político diseñado para asegurar que, pase lo que pase, el Tíbet no pierda a su guía más emblemático.

Compartir esta noticia
Redacción

Redacción